Aunque tal vez ya nos acostumbramos un poco a la imagen del león marino en nuestra cultura, pongámonos a pensar sobre su grandiosidad como especie. Muchas veces esto se ignora por el simple hecho de que existen animales feroces o de enormes dimensiones que captan más nuestra atención, pero no solo lo más exuberante representa lo más interesante.
Con decir criaturas semiacuáticas significa que ciertas etapas de su ciclo de vida pueden llevarlas a cabo tanto en la tierra como en el mar. Un ser humano está equipado para la vida terrestre y si desea ingresar al mundo marino tiene que prepararse con equipo especial para evitar accidentes y reducir riesgos, pero un león marino no.
Pese a que su anatomía está más adaptada para la vida marina, sus cualidades le permiten desplazarse en tierra firme y efectuar importantes etapas de su ciclo reproductivo. Sería interesante conocer de dónde descienden y cómo lograron extenderse hasta cubrir el área geográfica que hoy en día comprenden.
Los leones marinos tienen una estrecha relación con las morsas y las focas, pues pertenecen a la misma superfamilia: Pinnipedia.
Los leones marinos tienen una estrecha relación con las morsas y las focas, pues pertenecen a la misma superfamilia: Pinnipedia. De ahí se desprende la familia Otariidae que según los estudios científicos, los integrantes de esta clasificación descienden probablemente de un úrsido, es decir, de un oso como antepasado. Aunque se lea un poco descabellado, las pruebas de ADN indican que los osos están estrechamente relacionados con los mustélidos (nutrias, visones, tejones, etc.) y los pinnípedos.
A diferencia de las focas verdaderas que pudieron adaptarse a climas cálidos y polares tanto del Ártico como de la Antártida, los otarinos están generalmente más restringidos a zonas templadas, aunque algunos de ellos llegan a soportar temperaturas frías cercanas al Ártico.
Los primeros leones marinos habitaron exclusivamente el norte del océano Pacífico, con masas continentales en el este y el oeste, hielo polar al norte y ambientes tropicales hacia el sur. Permanecieron ahí hasta finales del Plioceno, cuando las condiciones permitieron su dispersión hacia el hemisferio sur.
Los primeros leones marinos habitaron exclusivamente el norte del océano Pacífico.
Se dice que fueron los lobos marinos los primeros en atravesar el Pacífico tropical con dirección al hemisferio sur hace aproximadamente cinco millones de años, y los leones marinos lo hicieron dos millones de años más tarde. Lo más intrigante es el hecho de que ninguno de ellos ocupó costas del Atlántico tropical.
En los años 80 fue descubierto el fósil más antiguo de lobo marino que se ha hallado en la historia. Esto ocurrió en una formación rocosa al sur de California y los estudios determinaron la edad de dichas piezas óseas: nada más y nada menos que de 15 a 17 millones de años. Esto proporcionó valiosa información sobre la historia evolutiva que relaciona al lobo marino con el león marino.
Un dato sorprendente del descubrimiento es que el fósil era parte de un lobo marino adulto con un tamaño muy pequeño, casi similar al de una foca joven de Nueva Zelanda. El misterio continúa circulando en este hallazgo, pues se han realizado extensas excavaciones en la zona para descubrir más fósiles que indiquen la presencia de grandes colonias de hace millones de años, pero no han podido encontrar nada.
Según las investigaciones, en unos millones de años estarán completamente adaptados al mundo marino.
Un paleontólogo japonés da una posible explicación a tal misterio; sugiere que los antiguos lobos marinos pasaban mucho tiempo en el océano abierto y no cerca de las plataformas continentales donde la preservación de sus restos habría sido más probable.
El estudio de la evolución de las especies es una tarea larga y exhaustiva, pero al mismo tiempo muy interesante y fascinante. Sin duda, aún quedan muchas preguntas sin resolver sobre los primeros ancestros de los leones y lobos marinos y su separación de las focas y otros pinnípedos; sin embargo, con los datos ya obtenidos, los expertos se han atrevido a adelantar pronósticos para un futuro. Algunos indican que los leones marinos y otros pinnípedos se encuentren aún en proceso de evolución, es decir, que en unos millones de años estarán completamente adaptados al mundo marino.
No suena descabellado, pues muchas especies han pasado por tal metamorfosis, pero habrá que ver si para ese entonces los problemas medioambientales no reinarán la Tierra.