Los hábitos reproductivos de los leones marinos son muy similares a los de las focas verdaderas, no obstante, ligeras diferencias pueden se encontradas con relación al tipo de especie.
La llegada de la madurez sexual se presenta con anterioridad en las hembras, a una edad entre los tres y los ocho años, mientras que en los machos es de los seis a los diez años. La poliginia es muy evidente en leones marinos.
El proceso reproductivo comienza con la llegada de los machos a las playas o costas rocosas para establecerse y esperar a los grupos de hembras, quienes se organizarán en harenes de acuerdo al nivel de territorialidad y cortejo del individuo masculino que las tendrá bajo su dominio. Un solo harén contiene alrededor de 16 leonas marinas, sin contar a sus crías.
Un solo harén contiene alrededor de 16 leonas marinas, sin contar a sus crías.
Los leones marinos de California (Zalophus californianus) se reproducen en las mismas secciones de playa año tras año, desde finales de junio a principios de julio generalmente, lo que difiere de su pariente de las Galápagos (Zalophus wollebaeki), quienes efectúan esta etapa dentro de un amplio rango que abarca entre mayo y enero.
Después de los apareamientos, las hembras pueden retrasar la implantación en el útero de dos a tres meses, lo que hace que coincidan los nacimientos con las temporadas de abundancia de alimento.
Como dato sorprendente, una semana después de haber dado a luz, las hembras están disponibles para volver a copular.
La duración de la gestación concluye de 8 a 18 meses después de los encuentros entre machos y hembras, de donde nace una sola cría y muy rara vez, dos. El tamaño del recién o los recién nacidos se mantiene entre los 62 y los 85 cm de longitud y de los 6 a 22 kg de peso, números que varían dependiendo de la especie.
Una semana después de haber dado a luz, las hembras están disponibles para volver a copular.
A diferencia de otros animales, las crías nacen con los ojos abiertos y con una capa de fino pelo llamada lanugo, la cual sirve para proteger la piel ante la ausencia de grasa corporal. Esta grasa es obtenida poco a poco de los nutrientes que la leche materna les aporta, lo que beneficia a su pronto desarrollo. El lanugo también está en presente en los bebés humanos.
Después de media hora de nacido, el pequeño comienza a trasladarse por el suelo para seguir a su madre, quien es muy atenta con su descendiente y muestra fuertes vínculos afectivos, así como una sorprendente comunicación, pues a pesar de que permanecen dentro de una colonia ruidosa y con individuos externamente muy parecidos, logran reconocerse por medio de sus vocalizaciones. Viven junto a su madre durante un máximo de un año, sin embargo, la lactancia solo se efectúa durante los primeros seis meses.
Dos o tres semanas después del nacimiento, están listos para conocer el mundo marino y aprender a nadar, con el fin de conseguir su propio alimento y al mismo saber tomar precauciones ante los depredadores y ante los fenómenos meteorológicos agresivos, como las tormentas en el mar.
Tienen una esperanza de vida de 15 años en promedio en la vida salvaje, pero en cautiverio se ha sabido de algunos ejemplares que llegan a vivir hasta 30 años.
Aparatos reproductores
El aparato reproductor masculino consta de pene, próstata, epidídimo, conductos deferentes y testículos. Dentro del pene se encuentra el báculo, un hueso que otorga soporte al miembro viril durante la penetración sexual.
En los estudios científicos, la presencia de espermatozoides en el epidídimo y el tamaño de los testículos pueden determinar si se trataba de un adulto maduro o un individuo joven.
El aparato reproductor femenino de las leonas marinas contiene lo mismo que en todos los mamíferos: vagina, cuello uterino, útero y ovarios. En el estudio científico de su tracto reproductivo, puede revelarse información valiosa sobre su historia de vida, como el número aproximado de embarazos que tuvo a lo largo de su existencia.